Ella se llama Joan Turner, es inglesa…es lo mejor que me ha ocurrido en la vida: rubia, alta, delgada, ojos azules: es preciosa, yo la encuentro preciosa. Es bailarina, profesora de ballet y coreógrafa.
El matrimonio es la cosa más maravillosa del mundo…Cuando dos seres humanos se aceptan como son y se integran totalmente. Pero es difícil, sí, es difícil.
Estamos tan llenos de temores y de angustias. Nos han hecho así, listos para defendernos y para creer que siempre tenemos la razón. A pesar de todo Joan y yo somos muy felices. Es mi primer y último matrimonio.
Tenemos dos hijas Manuela y Amanda, por las que confieso total y absoluta debilidad.
Amanda es muy parecida a mi mujer. Afortunadamente, porque a mí me gusta más ella. Salió rica, rica.
En mi día ideal, estaría todo el día en la casa, no habría fuerza que me hiciera salir. Me dedicaría a trabajar en el jardín, a hacer aseo, a contemplar muchas cosas que por falta de tiempo no puedo contemplar ahora. A jugar con mis hijas.
Entre los platos prefiero el curanto hecho en la tierra, y entre los licores pues… la mistela y la chicha de manzana.
Me gusta la ropa más cómoda y duradera. La moda, sí, me gusta la moda, Es la parte frívola de mi personalidad. Me gusta la moda alegre y de inspiración latinoamericana.
Pienso que la mujer no es una esclava, es igual al hombre y tiene los mismos derechos. Pedirle a la mujer pureza y dedicación al hogar, y al hombre no, es ser esclavista. El hombre no es nada sin la mujer.