A los artistas populares chilenos lo más importante que nos sucedió fue trabajar por conquistar un gobierno popular. Este afán común nos permitió el conocimiento físico entre los artistas de diferentes áreas. Casi siempre el artista ha sido un ser cuyas búsquedas y hallazgos son individuales, cuyos problemas, a lo más se conversan en el taller. Pero, como nunca, en 1970 los artistas de una misma tendencia se unieron. En este sentido los comités de Unidad Popular cumplieron un rol primordial. Este contacto, este conocimiento personal, esto de saberse amigo en la lucha, lo logró el pintor abstracto, el bailarín de la danza moderna, el investigador del folklore puro, tanto como el intérprete de la canción revolucionaria.
Sentimos que éramos seres humanos y que juntos podíamos trabajar mucho por lo que antes era sólo un pensamiento, un deseo, y que se convirtió en una fuerza de acción.
A mi juicio nuestra actividad después del triunfo de Allende se va desarrollando positivamente, porque el triunfo y esta conjunción de ideas comunes despertaron en muchos artistas la inquietante pregunta de “qué es lo que hay que hacer ahora”. Lo que antes fue impulso espontáneo, hoy tiene que convertirse en acción organizada y planificada. Está de más decir qué anhela el pueblo en lo que a cultura se refiere.
Hay que entregarle al pueblo las armas para que se convierta en creador. Ahora el canto pertenece a todos.
Campaña Electoral
La campaña electoral de 1970 vio la explosión del fenómeno de la Nueva Canción Chilena. Todos los artistas y los grupos se empeñaron en el esfuerzo de apoyar la Unidad Popular. El éxito en las elecciones se convirtió en una actividad creciente.
Con la edición de su primer L.P. ‘Pongo en tus manos abiertas’, el compromiso político de Víctor se evidencia, entrega corazón y alma en la batalla por construir un Chile nuevo.
Bueno…creo que soy apasionado, porque tengo tantas esperanzas. Y audaz, por problemas de timidez, pero sobre todo, soy un hombre feliz de existir en este momento. Feliz de sentir la fatiga del trabajo. Feliz porque cuando uno pone el corazón, la razón y la voluntad de trabajo al servicio del pueblo, siente la alegría del que empieza a nacer de nuevo.
Allende y el Gobierno de la Unidad Popular
A las cero y cinco del día 5 de noviembre llega el mensaje: Salvador Allende ha triunfado en la elección presidencial y el Jefe de Plaza ha dado permiso para que la Unidad Popular celebre el triunfo en la calle. La Alameda está abarrotada, la gente se sube a las farolas, a los árboles y muros y va llenando el cerro Santa Lucía, en la esperanza de divisar a Allende cuando se dirija al pueblo. Todo es alegría, abrazos y lágrimas. Todos se abrazan entre sí. La gente se atropella para llegar junto a Allende y felicitarle.
Era lo mismo que si la puerta que empujas con insistencia, se abriese de golpe y te encontraras al otro lado, tambaleante pero libre. La sensación era maravillosa pero costaba acostumbrarse. Una frase de aquella época que parecía expresar el sentimiento general era: ‘la casa es tuya’…señalando que por fin había llegado la hora de que el pueblo trabajador siempre tan postergado, accediera al poder, fuese responsable de su propio país y gozara de él.
Allende asumió como Presidente de Chile, en medio de una gran agitación social acentuada por los intentos de la administración Nixon por desestabilizar el gobierno. Chile se convertía en el primer ejemplo mundial de una izquierda revolucionaria que llegaba al poder por vía electoral y esto no podía ser aceptado por el imperialismo. Henry Kissinger justificó la campaña intervencionista en Chile arguyendo:’No podemos aceptar que un país vaya al comunismo por la irresponsabilidad de su propia gente’.
Pero ese día de primavera el “irresponsable” pueblo chileno celebró en doce escenarios al aire libre, formándose una enorme feria cultural sin precedente en la historia de Chile. Animaron la fiesta bailarines, poetas, músicos populares, además de la Sinfónica y la Filarmónica, actores, payasos y obviamente creadores de la Nueva Canción Chilena.
Chile estaba ante la mirada expectante de todo el mundo. Esta experiencia inédita hizo que mucha gente tuviera la esperanza de que fuera posible un proceso de justicia social sin derramamiento de sangre.
Ahora, aquí, en Chile somos muchos los que galopamos hacia delante, al haber conquistado el legítimo derecho de construir una vida mejor. Mis canciones, estas nuevas canciones, son mis alegrías, anhelos y esperanzas. Nada más que eso. Pues tengo la certeza absoluta que construiremos una casa para vivir en paz.
Teatro Masivo en el Estadio Nacional
El 2 de Enero de 1972 el Partido Comunista de Chile celebró su 50 aniversario en el Estadio Nacional. Esta vez Víctor Jara dirigió a cientos de actores, ninguno de ellos profesionales, sino obreros, campesinos pobres, recolectores de basura, profesores, etc. contando su propia historia ‘La Historia del movimiento obrero chileno’. Fue emocionante y conmovedor.
El 9 de Septiembre de 1972 se realizó el segundo acto masivo de los tres que dirigió Víctor en el Estadio Nacional, fue la clausura del Séptimo Congreso de las Juventudes Comunistas de Chile y el último de estos tres espectáculos, el 5 de Diciembre de 1972, para que el pueblo chileno le brindara un homenaje a Pablo Neruda por su reciente Premio Nobel de Literatura.
A raíz de esta nueva experiencia teatral, Víctor adquirió una nueva asimilación de este arte, como una manifestación de y desde el alma de los pueblos. El pueblo puede llegar a ser partícipe activo de los movimientos culturales, si es que se le entregan las herramientas necesarias.
Víctor soñaba con repetir esta experiencia a lo largo y ancho de todo Chile. No pudo, lo mataron antes de cumplir su sueño.